Por Andrés Silverio Torres, Experto en seguridad Informática
5 de junio de 2025, 20:04 CEST
Vamos a poner los puntos sobre las íes, que aquí no estamos para cuentos. La inteligencia artificial, ese cacharro que suena a peli de ciencia ficción, está en tu Netflix recomendándote series, en el médico usando máquinas para pillar diagnósticos, ¡hasta en el coche que aparca solo, oiga! Pero, ¿qué es esto de la IA de verdad? Hoy toca hablar claro, sin paños calientes, porque esto nos interpela a todos. Mi colega, que estuvo en un congreso en Barcelona, flipó con una IA que lee rayos X como si fuera el doctor House. Así que, café en mano, un poco de mala leche, ¡y a desgranarlo!
Qué es esto de la IA
La IA no es un robot con gafas de sol que viene a quitarnos el curro. Es un tinglado de algoritmos y datos, ¡vaya tela de datos!, que hace que las máquinas aprendan, razonen y tomen decisiones. Piensa en tu móvil, que te sugiere la siguiente palabra al escribir. Eso es IA, amigos, no magia de guiris. Usa el aprendizaje automático, que es como enseñarle a un crío a no quemar las lentejas: le das ejemplos, corriges, y al final pilla el truco. Esto merece un Té, porque la cosa se pone interesante.
Cómo funciona, que no es poco
La IA funciona con redes neuronales, como un cerebro digital, pero sin las cañas del viernes. La luz, ay, la luz, cuando vi un esquema de esto en un curso, ¡menudo fregao! Básicamente, la máquina engulle datos (fotos, textos, lo que sea), los procesa y saca patrones. Por ejemplo, una IA ve mil radiografías y aprende a decir: “Ojo, esto pinta mal”. Mi vecino, que tiene una clínica en Madrid, usa una así, y dice que es más lista que él en los diagnósticos. Pero, ¿Quién entrena a estas máquinas? Aquí empieza el sainete, porque alguien tiene que meterle los datos, y no siempre son trigo limpio.
Por qué nos importa a todos
La IA está en tu vida, aunque no lo veas. Te recomienda pelis, te lleva en coche autónomo, te ayuda a pedir pizza desde el sofá. Pero también está en cosas serias: en hospitales, analizando cánceres; en ciencia, desentrañando genomas. No podemos mirar hacia otro lado, amigos. Esto nos interpela como sociedad. Mi colega de Barcelona me contó que una IA le ayudó a analizar datos de un experimento en cero patatero. Pero ojo, también hay lío: ¿quién controla esos datos? ¿Quién decide si la IA te aprueba un crédito o no? ¡Venga ya, que esto no es un juego!
Y ahora qué, en 2025
Hagamos un ejercicio de honestidad. En 2025, la IA está en su salsa, pero Europa ha dicho: “Para el carro”. El EU AI Act pone reglas para que no sea un desastre. Por ejemplo, las IA tienen que ser transparentes, nada de caja negra. Además, hay modelos nuevos que gastan menos energía, que el planeta no está para tonterías. Pero, ¿estamos preparados para esto? La IA avanza más rápido que mi abuela con el WhatsApp, y eso es mucho decir. Esto merece una reflexión, porque la cosa no es solo tecnología, es cómo vivimos con ella.
Una tabla para aclararnos
Uso de IA | Ejemplo | ¿Nos mola? |
---|---|---|
Vida diaria | Recomendaciones Netflix | Cómodo, pero ojo con la privacidad |
Ciencia y medicina | Diagnósticos por imagen | Salva vidas, ¡venga ya! |
Y para acabar
Esto de la IA es un viaje, amigos. Nos facilita la vida, pero también nos pone en un aprieto. No es solo tecnología, es un espejo de lo que somos. Así que, cuéntanos en los comentarios: ¿te mola la IA o te da yuyu? Aquí las cosas claras, ¡y a seguir dándole al coco!
Fuentes: