A ver, imagina que tienes un problema legal y en medio del asunto hay correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, archivos borrados… Algún dato digital clave. ¿Cómo demuestras lo que realmente pasó?
Pues ahí es donde entra el perito informático.
No es un técnico que arregla ordenadores ni nada por el estilo. Es más bien un investigador digital. Su trabajo consiste en analizar archivos, dispositivos y sistemas para ver si hubo cambios, si se puede recuperar información eliminada o si alguien realmente hizo lo que dice haber hecho.
Y aunque a veces pase desapercibido, su labor puede cambiar por completo un caso en un juicio.
Pero, ¿qué hace exactamente?
No siempre es lo mismo. Depende del tipo de caso. Pero te cuento algunos ejemplos para que te hagas una idea.
- Fraudes online. De repente ves que hicieron compras con tu tarjeta, pero no fuiste tú.
- Ciberacoso. Recibes mensajes amenazantes, pero la otra persona los borra.
- Modificación de documentos. Un contrato que alguien dice que estaba de una forma y resulta que alguien lo editó después.
- Filtración de datos. Una empresa sospecha que alguien sacó información sin permiso.
- Accesos no autorizados. Aparece actividad en una cuenta, pero el dueño asegura que no fue él.
Si hay algo digital de por medio y se necesita aclarar qué pasó, el perito informático es el indicado para investigarlo.
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¿Cómo trabaja un perito informático?
No es solo abrir un archivo y ya. Hay un proceso detrás, sobre todo si la información se va a presentar como prueba en un juicio.
Primero, analiza el caso. Antes de hacer nada, se reúne con quien lo contrató, que puede ser un abogado, una empresa o un particular, y estudia la situación.
Después, recopila las pruebas. Esto puede incluir dispositivos físicos como móviles o discos duros, pero también registros digitales como correos electrónicos o historiales de actividad. Aquí lo importante es no modificar nada, porque si se altera la información, la prueba deja de ser válida.

Luego viene el análisis. Se usan herramientas específicas para revisar si un archivo ha sido editado, si hay información oculta, si se pueden recuperar mensajes eliminados o si alguien accedió a un sistema sin permiso.
Con todo eso, redacta un informe técnico explicando lo que encontró. Pero lo hace de una manera clara, porque ese documento lo van a leer jueces y abogados que no siempre tienen conocimientos de informática.
Y en algunos casos, le toca testificar en un juicio. Ahí debe explicar sus conclusiones y responder preguntas para que el tribunal entienda lo que pasó.
¿Hace falta estudiar algo para ser perito informático?
Por supuesto. No es un trabajo que pueda hacer cualquiera que sepa usar un ordenador. Normalmente, estos profesionales tienen formación en informática, ciberseguridad o análisis forense digital.
Además, hay certificaciones que ayudan a demostrar su experiencia, como:
- Certified Computer Examiner (CCE).
- GIAC Certified Forensic Examiner (GCFE).
- ISO 27001 en Seguridad de la Información.
- Perito Informático 5.0 (Asociación Nacional de Tasadores y Peritos Judiciales Informáticos)
Pero más allá de los títulos, un buen perito informático debe conocer las leyes sobre pruebas digitales. No es lo mismo analizar un archivo en casa que hacerlo con un procedimiento formal para que los resultados sean válidos en un juicio.
Cada vez se necesitan más peritos informáticos
Es lógico. Todo está digitalizado y eso significa que cada vez hay más delitos tecnológicos. Fraudes bancarios, hackeos, robo de información… La lista sigue creciendo.
Y no solo trabajan en juicios. Muchas empresas los contratan para hacer auditorías de seguridad, prevenir ataques y asegurarse de que sus datos están protegidos.
Es un sector en crecimiento y con mucha demanda.
En fin
Un perito informático es la persona que se encarga de aclarar situaciones digitales cuando hay dudas o conflictos. Si alguien quiere saber si un documento fue modificado, si un mensaje eliminado se puede recuperar o si un acceso a un sistema fue legítimo o no, este experto es el que puede dar respuestas.
Y algo que mucha gente no sabe: en internet, casi nada desaparece del todo.
Si alguna vez necesitas demostrar algo relacionado con datos digitales, ahora ya sabes a quién buscar.